lunes, 27 de mayo de 2013

BIENVENIDA 

Casi quinientos años después, en el tercer milenio de nuestra era, los peruanos habíamos de recordar aquella fecha remota del encuentro de las dos grandes culturas que marcaron nuestro génesis. 

El Tawantinsuyo era entonces una gigantesca aldea que llegaba desde Colombia a Chile, a lo largo, y del Océano Pacífico hasta los Andes bolivianos,a lo ancho.La historia era una leyenda renovable a través de los años, donde cada Inca herdaba la victoria de sus antepasados; además, una organización política y religiosa, cuyas razones estaban arraigadas en lo más profundo de la tierra y legítimada desde la lejanía delos astros, controlaba el orden social. 


La leyenda era tan antigua que el mundo parecía reciente, los trabajos se hacían cantando, la historia se iba renovando, la arquitectura había alcanzado niveles artístico, el oro adornaba a la nobleza y hermosos tejidos cubrían sus cuerpos. Tan grande era el Impero que cuando los españoles llegaron al Tawantinsuyo, apeándose de sus caballos dijeron: "Este es el gran descubrimiento de nuestros tiempos". 


Hoy nosotros reconocemos el fruto de esa mezcla de dos culturas la española y la indígena y, por ello, es que hemos retrocedido en el tiempo para vivir juntos la gran cultura incaica, aquella que primó en este territorio hace cientos de años.

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